Ahora te propongo un ejercicio muy sencillo:
Completa esta frase con tus propias palabras:
“Nuestro proyecto existe para…”
Escríbelo sin miedo. Sin adornos. No tiene que sonar perfecto, tiene que sonar tuyo.
Puedes escribir varias versiones. Puedes leerla en voz alta y ver si te suena auténtica. Puedes compartirla con alguien cercano y preguntar si se entiende lo que quieres lograr.
Aquí va un ejemplo más:
Nuestro proyecto existe para acercar la literatura a adolescentes de manera creativa y libre.
¿Ves? Es concreto, claro, y muestra un propósito que va más allá del “qué”.
Así que, lápiz en mano… o dedos en el teclado:
Nuestro proyecto existe para…
¡Y tú completas el resto!”