“Mire donde mire: Hamnet.”
La que está considerada como la obra maestra de la escritora irlandesa Maggie O’Farrel ha sido una de las lecturas más cautivadoras de los últimos años.
La novela nos transporta a la Inglaterra del siglo XVI para contarnos la vida de la familia Shakespeare y, en particular, la muerte de su hijo Hamnet, fallecido en 1596 a los once años.
Aunque el nombre del dramaturgo nunca aparece entre las líneas, su figura se proyecta a través de las emociones que atraviesan a Agnes, su esposa: una mujer libre, de intuición salvaje y profundamente conectada con la naturaleza, cuyo vínculo con Hamnet y su reacción ante la pérdida constituyen el núcleo emocional de la historia.
A través de Agnes, O’Farrell nos conduce por un mundo antiguo, donde el tiempo parece detenerse. Su prosa es una escritura de enorme sensibilidad y extraordinaria ferocidad al mismo tiempo, una elegía delicada y desgarradora.
La escritora convierte un dato biográfico apenas mencionado en los libros de historia en una poderosa narración sobre cómo la pérdida y el duelo pueden convertirse en creación artística y el arte se hace refugio frente al dolor.
Al cerrar el libro, queda la sensación de haber asistido a algo sagrado y profundamente humano, una sensación que acompaña al lector mucho después de la última página: la forma en que el dolor se transforma y cómo el eco de un niño perdido puede seguir resonando universalmente, siglos después, en la palabra Hamlet.
Imagen: Hamnet, portada de la edición ilustrada por Laura Agustí
Hamnet es Premio de la Crítica en Lengua Extranjera 2022 y Mejor novela de 2021 según El País. En España está previsto el estreno de la adaptación cinematográfica para el próximo mes de enero de 2026.
Maggie O’Farrell (Coleraine, Irlanda del Norte, 1972) es una de las autoras más destacadas de la narrativa angloirlandesa contemporánea. Desde su primera novela, After You’d Gone (2000), hasta sus obras más celebradas como Hamnet (2020) o El retrato de casada (2022), reivindica la mirada femenina dentro de la literatura. Sus personajes no son heroínas en el sentido tradicional, sino seres complejos, contradictorios, con una vida emocional profunda. Las mujeres de O’Farrel a pesar de habitar los márgenes del relato histórico o familiar, se convierten en el alma de su obra y, sobre todo, se narran a sí mismas, algo que se les ha negado durante siglos.