El marco lógico como herramienta de evaluación.

Si alguna vez has presentado un proyecto para conseguir financiación pública o internacional, es muy probable que te hayas topado con el famoso marco lógico. Para algunos es una tabla tediosa; para otros, una herramienta clave de planificación y evaluación. En realidad, el marco lógico es ambas cosas: puede ser una carga burocrática si se rellena sin pensar, pero bien trabajado es un mapa claro de los objetivos, resultados y actividades de un proyecto.

¿Qué es el marco lógico?

El marco lógico es una metodología que nació en los años 70, impulsada por organismos internacionales de cooperación. Su objetivo era sencillo: dar orden y coherencia a los proyectos, evitando propuestas vagas o inconexas.

Se presenta normalmente como una matriz de cuatro filas y cuatro columnas, donde se van detallando los diferentes niveles de un proyecto:

  1. Fin: el impacto a largo plazo que se busca.
  2. Propósito: el cambio principal que se espera conseguir.
  3. Resultados: los efectos inmediatos o intermedios de las actividades.
  4. Actividades: lo que se va a hacer concretamente.

Además, cada nivel se acompaña de indicadores verificables, fuentes de verificación y supuestos o riesgos.

Cómo funciona en la práctica

Imaginemos un proyecto cultural: un festival de cine comunitario.

  • Fin: Contribuir a la cohesión social del barrio.
  • Propósito: Fomentar el acceso al cine y la participación cultural.
  • Resultados: 1) Creación de una red de voluntariado local. 2) Mayor participación de jóvenes en actividades culturales.
  • Actividades: proyecciones al aire libre, talleres de cine, encuentros entre realizadores y vecinos.

Cada uno de estos niveles tendría indicadores claros, como: “número de jóvenes voluntarios formados”, “porcentaje de asistentes que declaran haber participado por primera vez en una actividad cultural”.

Ventajas del marco lógico

  • Claridad: obliga a ordenar ideas y conectar actividades con objetivos.
  • Evaluación: al definir indicadores, facilita medir avances y resultados.
  • Comunicación: resume un proyecto en una sola tabla, fácil de entender para financiadores y socios.
  • Prevención de riesgos: al identificar supuestos, permite anticipar obstáculos.

Críticas y limitaciones

El marco lógico también tiene detractores. Se le acusa de ser demasiado rígido y de no reflejar la complejidad de los procesos culturales y sociales, que muchas veces son imprevisibles. Además, puede desincentivar la innovación si se usa como una plantilla cerrada en lugar de como una guía flexible.

Por eso, la clave está en no quedarse atrapado en la burocracia. El marco lógico funciona mejor cuando se combina con otras herramientas más participativas y dinámicas, como la teoría del cambio o las metodologías de evaluación cualitativas.

Conclusión: de tabla rígida a brújula útil

El marco lógico puede ser una tabla fría o una brújula útil. Todo depende de cómo se utilice. Si lo entendemos como una herramienta para ordenar objetivos, definir indicadores y evaluar resultados, se convierte en un aliado poderoso para dar coherencia a los proyectos culturales y sociales y demostrar su verdadero valor.

25 de marzo de 2024
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