Medir el impacto social de un proyecto cultural, educativo o comunitario puede ser una tarea compleja. Diseñar indicadores, recoger datos, analizarlos y transformarlos en informes útiles requiere tiempo, conocimientos y herramientas adecuadas. En los últimos años han surgido distintas plataformas digitales para la medición del impacto social que facilitan este proceso, haciéndolo más accesible a organizaciones de todos los tamaños.
Entre ellas destacan nombres como Cuantix, Sopact, Impact Cloud, Submittable o Socialsuite, cada una con características específicas.
¿Por qué usar plataformas digitales para medir impacto social?
- Automatización: reducen la carga manual en encuestas, análisis y reportes.
- Estandarización: permiten aplicar marcos reconocidos como IRIS+, SROI o los ODS de Naciones Unidas.
- Visualización: generan dashboards y gráficos que facilitan la comunicación de resultados.
- Escalabilidad: sirven tanto para un proyecto local como para una organización internacional.
- Accesibilidad: muchas ofrecen versiones adaptadas para ONG pequeñas o entidades con pocos recursos.
Plataformas destacadas
1. Cuantix
De origen latinoamericano, está pensada especialmente para ONG, fundaciones y proyectos culturales y sociales.
- Funcionalidades: diseño de encuestas, bases de datos de beneficiarios, indicadores preconfigurados y reportes automáticos.
- Ventaja: lenguaje accesible, orientado a organizaciones que no son expertas en evaluación.
- Ejemplo: una fundación cultural puede usarla para medir satisfacción de participantes y vincular resultados a los ODS.
2. Sopact (Impact Cloud)
Plataforma internacional que combina gestión de datos, análisis y comunicación del impacto.
- Funcionalidades: integra múltiples marcos (IRIS+, SROI, ODS), análisis de datos en tiempo real y visualización avanzada.
- Ventaja: muy flexible, pensada tanto para ONG como para empresas sociales e inversores de impacto.
- Ejemplo: un festival que busca financiación internacional puede usar Sopact para demostrar su alineación con los ODS y atraer patrocinadores.
3. Socialsuite
Muy utilizada en países anglosajones, conecta la medición de impacto con la gestión de proyectos.
- Funcionalidades: indicadores prediseñados, dashboards interactivos y reportes alineados con normativas internacionales.
- Ventaja: integra directamente los ODS en sus reportes.
- Ejemplo: una red de bibliotecas puede usarla para medir inclusión social y reportar a financiadores públicos.
4. Submittable
Nacida como plataforma de gestión de subvenciones, se ha expandido hacia la medición de impacto.
- Funcionalidades: recopila información de beneficiarios y proyectos financiados, genera indicadores agregados y facilita la transparencia.
- Ventaja: ideal para fundaciones y programas de ayudas que financian proyectos culturales.
5. Impact Cloud
Enfocada en organizaciones con múltiples proyectos, permite comparar resultados y gestionar indicadores a gran escala.
- Funcionalidades: dashboards globales, gestión de datos de distintos programas, generación de informes comparativos.
- Ejemplo: una red de centros culturales puede usarla para tener una visión conjunta de todos sus espacios.
Retos y consideraciones al elegir una plataforma
- Coste: algunas son asequibles, pero otras requieren una inversión importante.
- Adaptabilidad: conviene evaluar si la plataforma se ajusta al sector cultural y social, o si está pensada sobre todo para empresas.
- Capacitación: aunque simplifican procesos, siempre requieren cierto nivel de formación inicial.
- Protección de datos: es fundamental asegurarse de que cumplen con normativas como el RGPD en Europa.
Conclusión: aliados digitales para demostrar impacto
Las plataformas de medición del impacto social como Cuantix, Sopact, Socialsuite o Submittable no sustituyen la reflexión estratégica ni la definición de objetivos de cada proyecto, pero son aliadas poderosas para facilitar el proceso.
Permiten ahorrar tiempo, estandarizar indicadores, visualizar resultados y, sobre todo, comunicar con mayor credibilidad el valor social y cultural generado.
En definitiva, la tecnología se pone al servicio de la cultura y lo social para demostrar que detrás de cada actividad hay un cambio real en la vida de las personas y en la comunidad.