En Europa, el debate sobre cómo medir el impacto social no es nuevo. Durante años, distintos países han experimentado con metodologías, pero la Comisión Europea ha jugado un papel clave para dar un marco común y facilitar que los proyectos sociales y culturales puedan demostrar su valor más allá de las fronteras.
Tres iniciativas destacan en este recorrido: GECES, EaSI y EuSEF. Cada una, con su enfoque, ha contribuido a que la medición del impacto sea hoy un tema central en la agenda europea.
GECES: un grupo de expertos para poner orden
El GECES (Grupo de Expertos de la Comisión sobre Emprendimiento Social) se creó para asesorar a la Comisión Europea en políticas de economía social e innovación.
Entre sus principales aportaciones está el informe de 2014, donde propuso un marco europeo para la medición del impacto social. ¿Su idea? Crear un sistema sencillo pero sólido, que pudiera ser usado por organizaciones sociales, culturales y de emprendimiento en todos los Estados miembros.
El GECES planteó un proceso de cinco pasos:
- Identificar objetivos claros.
- Definir grupos de interés (stakeholders).
- Establecer resultados a corto, medio y largo plazo.
- Seleccionar indicadores adecuados.
- Medir, valorar y comunicar el impacto.
Este marco no pretendía ser rígido, sino flexible, adaptado a la diversidad de sectores (incluida la cultura). Fue un intento de sentar unas bases comunes para que los proyectos pudieran ser evaluados con criterios comparables en toda Europa.
EaSI: un programa para la innovación social y el empleo
El EaSI (Employment and Social Innovation Programme) es un programa de financiación lanzado por la Comisión Europea para fomentar el empleo, la inclusión social y la innovación.
Dentro de EaSI, la medición del impacto es fundamental: no solo se financian proyectos, sino que se exige a las organizaciones demostrar qué cambios producen en términos de inclusión, empleabilidad o reducción de desigualdades.
Para el sector cultural, esto ha supuesto una oportunidad clara: proyectos creativos con objetivos sociales pueden optar a financiación siempre que sean capaces de mostrar evidencia de su impacto. EaSI no solo apoya ideas innovadoras, sino que empuja a las organizaciones a medir mejor lo que hacen.
EuSEF: fondos europeos para la inversión social
El tercer pilar es el EuSEF (European Social Entrepreneurship Funds), un instrumento financiero creado para canalizar inversiones privadas hacia empresas sociales y proyectos con impacto positivo.
La lógica es clara: si los inversores quieren poner dinero en proyectos sociales, necesitan garantías de que ese dinero genera resultados reales. Por eso, los fondos EuSEF incorporan la medición del impacto como un criterio central.
Esto abre la puerta a un nuevo tipo de financiación para el sector cultural: no solo subvenciones públicas, sino inversiones de impacto que buscan rentabilidad económica moderada y retorno social alto. Pero, para acceder a ellas, es imprescindible tener sistemas de medición sólidos.
Conclusión: un marco europeo para crecer con impacto
La Comisión Europea, a través de GECES, EaSI y EuSEF, ha dejado claro un mensaje: el futuro de los proyectos sociales y culturales en Europa pasa por medir, demostrar y comunicar su impacto.
No se trata solo de convencer a financiadores, sino de crear un lenguaje común que permita comparar experiencias, aprender de ellas y dar más fuerza al sector cultural y social como motores de transformación.
En definitiva: quien mida mejor, crecerá más y tendrá más oportunidades en el ecosistema europeo.