Medir el impacto social y cultural de un proyecto no es posible sin datos. Los datos son la materia prima que nos permite pasar de las intuiciones a las evidencias. Pero aquí surge una pregunta clave: ¿cómo se recolectan esos datos?. No se trata de acumular información por acumular, sino de diseñar un sistema que sea útil, viable y ético.
La recolección de datos es, en pocas palabras, el puente entre la acción cultural y la medición de su impacto.
¿Por qué es tan importante la recolección de datos?
- Sostiene la credibilidad: sin datos, los informes de impacto se convierten en opiniones.
- Permite aprender: conocer qué funciona y qué no.
- Facilita la comunicación: los números y testimonios son argumentos sólidos para financiadores y comunidades.
- Ayuda a mejorar la gestión: los datos permiten corregir el rumbo a tiempo.
Técnicas principales de recolección de datos
1. Encuestas
La técnica más conocida y utilizada. Pueden ser presenciales, telefónicas o digitales. Sirven para recoger opiniones, hábitos y niveles de satisfacción.
- Ventaja: generan datos fáciles de cuantificar.
- Ejemplo: encuesta post-evento sobre satisfacción y motivación para volver.
2. Entrevistas
Permiten profundizar en experiencias individuales.
- Ventaja: recogen matices que las encuestas no detectan.
- Ejemplo: entrevistas a artistas participantes en un festival para conocer su valoración del proceso creativo.
3. Grupos focales
Reúnen a varias personas en torno a un tema para generar debate.
- Ventaja: ofrecen una visión colectiva y ayudan a identificar consensos y discrepancias.
- Ejemplo: un grupo de vecinos hablando de cómo un centro cultural ha cambiado la vida del barrio.
4. Observación directa
El investigador o evaluador asiste a las actividades y observa comportamientos y dinámicas.
- Ventaja: información espontánea, no filtrada por cuestionarios.
- Ejemplo: registrar la interacción entre públicos de distintas edades durante una actividad artística.
5. Datos administrativos
Información ya existente en la organización o en instituciones públicas.
- Ventaja: reduce costes de recopilación.
- Ejemplo: número de inscripciones a un curso o datos oficiales del INE sobre empleo cultural.
6. Herramientas digitales y big data
Las redes sociales, las plataformas de streaming o las analíticas web generan grandes volúmenes de datos.
- Ventaja: permiten conocer audiencias en tiempo real y de forma masiva.
- Ejemplo: métricas de engagement en Instagram de una exposición de arte.
7. Métodos participativos
Impulsar a los propios participantes a recoger y evaluar datos.
- Ventaja: aumenta la apropiación y legitimidad del proceso.
- Ejemplo: jóvenes que documentan en vídeo su experiencia en un proyecto artístico y lo incorporan al informe de impacto.
Herramientas útiles para la recolección de datos
- Google Forms y SurveyMonkey: para encuestas digitales rápidas.
- KoboToolbox: muy utilizada por ONGs para recolectar datos en campo.
- NVivo o Atlas.ti: para análisis de entrevistas y datos cualitativos.
- Excel o Google Sheets: básicos pero eficaces para organizar información.
- Tableau o Power BI: herramientas de visualización de datos que permiten crear dashboards atractivos.
- Métricas nativas de redes sociales: Instagram Insights, Facebook Analytics, YouTube Studio, TikTok Analytics.
Buenas prácticas al recolectar datos
- Definir antes qué quieres medir: evita recolectar datos irrelevantes.
- Ser riguroso pero realista: mejor pocos datos útiles que muchos imposibles de analizar.
- Garantizar la ética y privacidad: respetar la normativa de protección de datos y pedir consentimiento informado.
- Triangular fuentes: combinar distintos métodos (encuestas, observación, entrevistas) para obtener una visión completa.
Conclusión: datos que construyen confianza
La recolección de datos es el corazón de cualquier sistema de medición de impacto. Elegir bien las técnicas y herramientas permite no solo justificar un proyecto, sino también aprender, mejorar y generar confianza en la comunidad y en los financiadores.
En definitiva: un proyecto cultural no solo se mide por lo que hace, sino por la capacidad que tiene de contar su historia a través de datos y evidencias.