El SROI (Social Return on Investment): medir en euros el cambio social.

Cuando hablamos de impacto social, muchas veces nos movemos en el terreno de lo intangible: cohesión comunitaria, confianza, creatividad, inclusión. Todo eso es real y valioso, pero a la hora de convencer a financiadores o instituciones, surge una pregunta inevitable: ¿cómo traducimos esos beneficios a un lenguaje económico comprensible para todos?.

Aquí entra en juego el SROI (Social Return on Investment), una metodología que busca poner números —en euros— al cambio social generado por un proyecto.

¿Qué es el SROI?

El SROI es un método que compara la inversión económica realizada en un proyecto con el valor social que este genera. Dicho de forma sencilla: por cada euro invertido, ¿cuánto valor social se ha creado?

No se trata de contabilizar solo ingresos o gastos directos, sino de calcular también los beneficios indirectos y los cambios positivos en la comunidad.

Ejemplo: si un programa cultural de mediación en barrios vulnerables cuesta 50.000 €, pero gracias a él se reducen los conflictos vecinales, se mejora la salud mental de los participantes y se abren oportunidades educativas, el valor creado puede superar con creces esa cifra.

Cómo funciona el SROI

La metodología del SROI sigue varios pasos:

  1. Definir el alcance: qué proyecto se analiza y durante qué periodo.
  2. Identificar a los grupos de interés (stakeholders): quiénes son las personas o entidades afectadas.
  3. Mapear los resultados: qué cambios produce el proyecto (sociales, culturales, ambientales).
  4. Asignar un valor monetario: traducir esos cambios en euros mediante equivalencias o estimaciones (por ejemplo, cuánto ahorra el sistema sanitario gracias a una mejora de la salud mental).
  5. Establecer el impacto neto: descartar lo que habría ocurrido de todas formas (atribución, deadweight).
  6. Calcular el SROI: dividir el valor total del impacto neto entre la inversión realizada.

El resultado es una relación del tipo: “Por cada 1 € invertido, el proyecto genera 3 € de valor social”.

Ventajas del SROI

  • Habla en el idioma de financiadores y administraciones: los euros.
  • Visibiliza beneficios invisibles: salud, inclusión, cohesión social.
  • Refuerza la legitimidad de proyectos culturales y sociales.
  • Permite comparar diferentes iniciativas con un criterio común.

Críticas y precauciones

El SROI no está exento de críticas. Poner valor económico a experiencias culturales o sociales puede ser complejo e incluso polémico. ¿Cuánto vale que una persona se sienta menos sola? ¿O que un niño descubra la lectura?

Por eso, conviene usarlo con prudencia: como una herramienta complementaria, no como la única forma de medir impacto. El riesgo de reducir todo a euros es olvidar la riqueza cualitativa de la cultura y lo social.

Conclusión: traducir sin simplificar

El SROI es una metodología potente porque traduce el impacto social a un lenguaje económico que todos entienden. No sustituye otras formas de evaluación, pero ayuda a demostrar con claridad que la inversión en cultura y en proyectos sociales no es un gasto, sino un generador de valor múltiple.

En definitiva: medir en euros el cambio social es una manera de abrir puertas, atraer financiación y consolidar proyectos que transforman comunidades.

Tags: Impacto proyectos

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En definitiva: medir en euros el cambio social es una manera de abrir puertas, atraer financiación y consolidar proyectos que transforman comunidades.

30 de marzo de 2024
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